miércoles, 20 de marzo de 2013

KARINA DEL POZO y sus tres asesinos

KARINA DEL POZO y sus tres asesinos, el que la ahorcó, el que la violó y le partió la cabeza y el que se quedó "solo" mirando”

"Ya voy a casa" fue el mensaje de texto que llegó al celular de Milton del Pozo esa tarde del martes 19 de febrero. Quien le mandaba el mensaje era su hermana menor Karina, de 20 años.




Esa día Karina había salido a entregar su hoja de vida a algunas empresas. Era modelo y trabajaba desde los 15 años. Su último trabajo fue para unos eventos en la temporada de carnaval. Le había contado a sus amigas que quería conseguirse un trabajo fijo. Y en esas andaba ese 19 de febrero. Terminaba de mandarle el mensaje a Milton cuando se encontró con Cecilia Rivera, no se veían tiempo y tenían que ponerse al día, así que decidieron celebrar el encuentro tomándose unas cervezas en uno de los locales de la zona del Quicentro. Al poco rato, reciben una llamada deJuan Pablo Vaca, amigo de ellas que las invita a una fiesta en su departamento por la Granda Centeno.

Cuentan los amigos que Karina estuvo en la fiesta como hasta la una y media de la mañana. Hora en la que dijo que tenía que ir a casa y fue en ese momento, que Manuel Salazar ofreció su DMax, doble cabina, color negro para hacer de expreso y llevar a algunos a sus casas. Así que terminada la fiesta junto con Karina se subieron al carro Cecilia Rivera, Nicolás León,  José Antonio Sevilla y Geovanny Piña.

La primera parada del grupo fue para dejarla a Cecilia en el sector de la Hidalgo de Pinto y Rafael Almeida, luego a Nicolás por la Av. Diego de Almagro y Bulgaria. Ya eran las dos de la madrugada y en el carro quedaron sólo cuatro personas. Manuel que iba manejando, José Antonio que iba de copiloto y en el asiento de atrás Geovanny junto a Karina, que para todo esto se había quedado dormida.

Seguramente Geovanny pensó que esa "oportunidad" no debía desaprovecharla y empezó a "meterle mano a la modelo", habían estado conversando en la fiesta y de entrada le gustó, pero no le paró bola, porque "tengo novio" le había dicho.

Así que borracha y dormida ni se daría cuenta de qué le pasó y...  la empezó a manosear. Los de delante, babeando se conformaban con fisgonerar por el espejo. "Chuta se les adelantó el Geovanny. La Karina era super rica."

Y cuando este trío de violadores y asesinos pensaban que esa sería su gran noche, Karina se despertó "...qué mierda te pasa, para, para el carro que me bajo!!". Se arregló la blusa como pudo e intentó abrir la puerta, pero Geovanny la agarró mientras le ordenaba a Manuel, "...dale, que esta zorra no se nos escapa".
Y así fueron hasta el mirador por la quebrada del Llano Chico. Geovanny y Manuel la bajaron a la fuerza de la camioneta.

José Antonio, el tercero que iba en el carro asegura que él nunca le hizo nada a Karina, "yo sólo veía que ella lloraba y  pedía  que la dejaran ir, que no iba a decir nada. Pero el Geovanny no le hizo caso, la tiró al piso y la violó, Karina pataleaba, trataba de defenderse, arañó al Geovanny en el cuello y la espalda y empezó a gritar que la ayuden.  Manuel se asustó y  la empezó a ahorcar para que se callara, pero ella nada, gritaba y gritaba. Ahí fue que Geovanny agarró una piedra y la golpeó en la cabeza y la Karina dejó de gritar y patalear, se quedó quieta, yo creo que ni respiraba.

- No sabía qué hacer, me metí al carro y ví como Manuel y Geovanny agarraron el cuerpo de Karina y lo lanzaron en la parte de atrás de la camioneta. Luego se subieron, estábamos muy asustados. Sin saber qué hacer. Lo primero que se nos ocurrió fue irnos de Quito, abandonar la ciudad y perdernos.

Pero luego decidimos que era mejor deshacernos del cuerpo de Karina y ver qué historia inventábamos. Avanzamos unos cuantos metros hasta una quebrada, ahí la dejamos botada, eran ya como las tres y media de la madrugada. La dejamos tapada con ramas y con un penco, para que nadie la descubriera. Nos lavamos las manos que las teníamos manchadas de sangre con una botella de trago que el Manuel tenía en el carro y de ahí cada uno para su casa".
Ya en la mañana del miércoles 20 de febrero, Milton del Pozo, preocupado porque Karina no contestaba el celular y nunca llegó a dormir a casa empezó a buscarla, primero preguntando a los amigos, luego en hospitales... hasta en la morgue. Pero nada. Cecilia  Rivera le dijo que la última vez que la vio fue como a las dos de la madrugada y que ella se quedó con el grupo de amigos en el carro de Manuel Salazar.
Manuel por su parte dijo que ellos querían seguir con la fiesta, pero que la Kari con los tragos estaba mal genio y que se bajó del carro en el sector de las calles Brasil y Carvajal y que la vieron que se subió a un taxi color amarillo marca Nissan y que esa fue la última vez que la vieron. Y que luego de eso fue a dejar a la casa a Geovanny Piña y José Antonio Sevilla.

Desde el mismo día de la desaparición de Karina, sus familiares y amigos empezaron una cruzada a través de las redes sociales, twiter y facebook para encontrar a Karina. Entre el 20 y 27 de febrero el mensaje de "AYUDANOS A ENCONTRARLA: La última vez que la vieron subió en un taxi amarillo. Estaba vestida con una blusa café, chompa negra, pantalón tipo leggis negro y botas negras. Si sabes algo de ella llámanos al 099...." se multiplicaba  a través de las cadenas en redes sociales. Mientras tanto la Unase (Unidad Antisecuestros y Extorsión) empezó a investigar la desaparición de la modelo.

Durante ocho días la joven de 20 años se convirtió en símbolo de la lucha contra la inseguridad. Una nueva víctima de la delincuencia, de los secuestros. Hasta que... los agentes de la Unase asignados al caso, sospecharon de ciertas incongruencias en las declaraciones de los chicos que esa madrugada se subieron a la camioneta DMax.

Algo no cuadraba. Aunque los chicos se habían presentado voluntariamente a declarar en el caso de Karina y estaban colaborando activamente en la campaña para encontrarla, pegando carteles en las principales calles de Quito con la foto de la modelo.

Así que a pesar de esta conducta "solidaria" de Manuel Salazar, Geovanny Piña y José Antonio Sevilla, la Unase pidió a la Chevystar un informe detallado del recorrido que hizo la camioneta entre la noche del 19 y la madrugada del 20 de febrero. Y empezaron las sorpresas. Lo primero que les llamó la atención a los investigadores es que el GPS de la camioneta indicaba que estuvo estacionada en el sector del Llano Chico (nororiente de Quito) desde las 2:34 hasta las 3:35 de la madrugada y que en ningún momento registraba el paso por las calles Brasil y Carvajal, donde según los tres “amigos” supuestamente se había bajado Karina para subirse al taxi amarillo marca Nissan.

Inmediatamente empezaron a rastrear la zona donde estuvo estacionada la camioneta y el día 27 de febrero, a las tres y media de la tarde, las sospechas de los agentes se confirmaron. Debajo de la maleza y cubierto por tierra, encontraron el cuerpo de Karina del Pozo, en estado de descomposición.

Apenas se supo que apareció el cadáver de Karina, se presentaron nuevamente en forma voluntaria Cecilia Rivera, Nicolás León, José Antonio Sevilla, Geovanny Piña y Manuel Salazar. Los tres últimos cayeron en contradicciones y enfrentados empezaron a acusarse entre ellos. "El la mató, le dió un piedrazo y le partió la cabeza", decía  uno. "No, no fui yo, tú la ahorcaste porque gritaba mucho, ...ya estaba muerta cuando la golpeé con la piedra"  así chillaban Manuel Salazar y Geovanny Piña, mientras que José Antonio Sevilla lloriqueaba: "Yo sólo ví, no la violé, juro que ni la toqué".

Lo cierto es que el informe de la autopsia reveló que Karina del Pozo, de 20 años de edad, fue violada, golpeada y que murió por una hemorragia cerebral que le produjo una herida de diez centímetros en su cabeza.

Esta es la historia de Karina del Pozo, huérfana de padre y madre, abanderada del colegio, modelo de eventos, hermana, amiga, trabajadora, mujer. Seguramente muy pronto los medios la olvidarán. El morbo de los truculentos detalles de su muerte dejarán de interesarle a la prensa. Y sus tres asesinos, el que la ahorcó, el que la violó y le partió la cabeza y el que se quedó "sólo" mirando", seguirán argumentando en su defensa que nunca planearon matarla, que "sólo querían violarla" pero que ella empezó a gritar y no quedó otra. Así nomás pasó...

La muerte de Karina pasará a aumentar las estadísticias de femicidios en Ecuador. Y por otro lado el femicidio ó la muerte de mujeres por su condición de mujeres seguirá esperando su tipificación como delito en el código penal ecuatoriano. Así mismo no más es...
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KARINA DEL POZO y sus tres asesinos, el que la ahorcó, el que la violó y le partió la cabeza y el que se quedó "solo" mirando”

"Ya voy a casa" fue el mensaje de texto que llegó al celular de Milton del Pozo esa tarde del martes 19 de febrero. Quien le mandaba el mensaje era su hermana menor Karina, de 20 años.




Esa día Karina había salido a entregar su hoja de vida a algunas empresas. Era modelo y trabajaba desde los 15 años. Su último trabajo fue para unos eventos en la temporada de carnaval. Le había contado a sus amigas que quería conseguirse un trabajo fijo. Y en esas andaba ese 19 de febrero. Terminaba de mandarle el mensaje a Milton cuando se encontró con Cecilia Rivera, no se veían tiempo y tenían que ponerse al día, así que decidieron celebrar el encuentro tomándose unas cervezas en uno de los locales de la zona del Quicentro. Al poco rato, reciben una llamada deJuan Pablo Vaca, amigo de ellas que las invita a una fiesta en su departamento por la Granda Centeno.

Cuentan los amigos que Karina estuvo en la fiesta como hasta la una y media de la mañana. Hora en la que dijo que tenía que ir a casa y fue en ese momento, que Manuel Salazar ofreció su DMax, doble cabina, color negro para hacer de expreso y llevar a algunos a sus casas. Así que terminada la fiesta junto con Karina se subieron al carro Cecilia Rivera, Nicolás León,  José Antonio Sevilla y Geovanny Piña.

La primera parada del grupo fue para dejarla a Cecilia en el sector de la Hidalgo de Pinto y Rafael Almeida, luego a Nicolás por la Av. Diego de Almagro y Bulgaria. Ya eran las dos de la madrugada y en el carro quedaron sólo cuatro personas. Manuel que iba manejando, José Antonio que iba de copiloto y en el asiento de atrás Geovanny junto a Karina, que para todo esto se había quedado dormida.

Seguramente Geovanny pensó que esa "oportunidad" no debía desaprovecharla y empezó a "meterle mano a la modelo", habían estado conversando en la fiesta y de entrada le gustó, pero no le paró bola, porque "tengo novio" le había dicho.

Así que borracha y dormida ni se daría cuenta de qué le pasó y...  la empezó a manosear. Los de delante, babeando se conformaban con fisgonerar por el espejo. "Chuta se les adelantó el Geovanny. La Karina era super rica."

Y cuando este trío de violadores y asesinos pensaban que esa sería su gran noche, Karina se despertó "...qué mierda te pasa, para, para el carro que me bajo!!". Se arregló la blusa como pudo e intentó abrir la puerta, pero Geovanny la agarró mientras le ordenaba a Manuel, "...dale, que esta zorra no se nos escapa".
Y así fueron hasta el mirador por la quebrada del Llano Chico. Geovanny y Manuel la bajaron a la fuerza de la camioneta.

José Antonio, el tercero que iba en el carro asegura que él nunca le hizo nada a Karina, "yo sólo veía que ella lloraba y  pedía  que la dejaran ir, que no iba a decir nada. Pero el Geovanny no le hizo caso, la tiró al piso y la violó, Karina pataleaba, trataba de defenderse, arañó al Geovanny en el cuello y la espalda y empezó a gritar que la ayuden.  Manuel se asustó y  la empezó a ahorcar para que se callara, pero ella nada, gritaba y gritaba. Ahí fue que Geovanny agarró una piedra y la golpeó en la cabeza y la Karina dejó de gritar y patalear, se quedó quieta, yo creo que ni respiraba.

- No sabía qué hacer, me metí al carro y ví como Manuel y Geovanny agarraron el cuerpo de Karina y lo lanzaron en la parte de atrás de la camioneta. Luego se subieron, estábamos muy asustados. Sin saber qué hacer. Lo primero que se nos ocurrió fue irnos de Quito, abandonar la ciudad y perdernos.

Pero luego decidimos que era mejor deshacernos del cuerpo de Karina y ver qué historia inventábamos. Avanzamos unos cuantos metros hasta una quebrada, ahí la dejamos botada, eran ya como las tres y media de la madrugada. La dejamos tapada con ramas y con un penco, para que nadie la descubriera. Nos lavamos las manos que las teníamos manchadas de sangre con una botella de trago que el Manuel tenía en el carro y de ahí cada uno para su casa".
Ya en la mañana del miércoles 20 de febrero, Milton del Pozo, preocupado porque Karina no contestaba el celular y nunca llegó a dormir a casa empezó a buscarla, primero preguntando a los amigos, luego en hospitales... hasta en la morgue. Pero nada. Cecilia  Rivera le dijo que la última vez que la vio fue como a las dos de la madrugada y que ella se quedó con el grupo de amigos en el carro de Manuel Salazar.
Manuel por su parte dijo que ellos querían seguir con la fiesta, pero que la Kari con los tragos estaba mal genio y que se bajó del carro en el sector de las calles Brasil y Carvajal y que la vieron que se subió a un taxi color amarillo marca Nissan y que esa fue la última vez que la vieron. Y que luego de eso fue a dejar a la casa a Geovanny Piña y José Antonio Sevilla.

Desde el mismo día de la desaparición de Karina, sus familiares y amigos empezaron una cruzada a través de las redes sociales, twiter y facebook para encontrar a Karina. Entre el 20 y 27 de febrero el mensaje de "AYUDANOS A ENCONTRARLA: La última vez que la vieron subió en un taxi amarillo. Estaba vestida con una blusa café, chompa negra, pantalón tipo leggis negro y botas negras. Si sabes algo de ella llámanos al 099...." se multiplicaba  a través de las cadenas en redes sociales. Mientras tanto la Unase (Unidad Antisecuestros y Extorsión) empezó a investigar la desaparición de la modelo.

Durante ocho días la joven de 20 años se convirtió en símbolo de la lucha contra la inseguridad. Una nueva víctima de la delincuencia, de los secuestros. Hasta que... los agentes de la Unase asignados al caso, sospecharon de ciertas incongruencias en las declaraciones de los chicos que esa madrugada se subieron a la camioneta DMax.

Algo no cuadraba. Aunque los chicos se habían presentado voluntariamente a declarar en el caso de Karina y estaban colaborando activamente en la campaña para encontrarla, pegando carteles en las principales calles de Quito con la foto de la modelo.

Así que a pesar de esta conducta "solidaria" de Manuel Salazar, Geovanny Piña y José Antonio Sevilla, la Unase pidió a la Chevystar un informe detallado del recorrido que hizo la camioneta entre la noche del 19 y la madrugada del 20 de febrero. Y empezaron las sorpresas. Lo primero que les llamó la atención a los investigadores es que el GPS de la camioneta indicaba que estuvo estacionada en el sector del Llano Chico (nororiente de Quito) desde las 2:34 hasta las 3:35 de la madrugada y que en ningún momento registraba el paso por las calles Brasil y Carvajal, donde según los tres “amigos” supuestamente se había bajado Karina para subirse al taxi amarillo marca Nissan.

Inmediatamente empezaron a rastrear la zona donde estuvo estacionada la camioneta y el día 27 de febrero, a las tres y media de la tarde, las sospechas de los agentes se confirmaron. Debajo de la maleza y cubierto por tierra, encontraron el cuerpo de Karina del Pozo, en estado de descomposición.

Apenas se supo que apareció el cadáver de Karina, se presentaron nuevamente en forma voluntaria Cecilia Rivera, Nicolás León, José Antonio Sevilla, Geovanny Piña y Manuel Salazar. Los tres últimos cayeron en contradicciones y enfrentados empezaron a acusarse entre ellos. "El la mató, le dió un piedrazo y le partió la cabeza", decía  uno. "No, no fui yo, tú la ahorcaste porque gritaba mucho, ...ya estaba muerta cuando la golpeé con la piedra"  así chillaban Manuel Salazar y Geovanny Piña, mientras que José Antonio Sevilla lloriqueaba: "Yo sólo ví, no la violé, juro que ni la toqué".

Lo cierto es que el informe de la autopsia reveló que Karina del Pozo, de 20 años de edad, fue violada, golpeada y que murió por una hemorragia cerebral que le produjo una herida de diez centímetros en su cabeza.

Esta es la historia de Karina del Pozo, huérfana de padre y madre, abanderada del colegio, modelo de eventos, hermana, amiga, trabajadora, mujer. Seguramente muy pronto los medios la olvidarán. El morbo de los truculentos detalles de su muerte dejarán de interesarle a la prensa. Y sus tres asesinos, el que la ahorcó, el que la violó y le partió la cabeza y el que se quedó "sólo" mirando", seguirán argumentando en su defensa que nunca planearon matarla, que "sólo querían violarla" pero que ella empezó a gritar y no quedó otra. Así nomás pasó...

La muerte de Karina pasará a aumentar las estadísticias de femicidios en Ecuador. Y por otro lado el femicidio ó la muerte de mujeres por su condición de mujeres seguirá esperando su tipificación como delito en el código penal ecuatoriano. Así mismo no más es...

1 comentario:

  1. Y era hora de que se acabara esta baina de Karina del pozo me tenia cansado lo mismo y lo mismo, claro solo porque tenia dinero los paran bola, y tantas mujeres pobres que mueren peor no hacen nada.....

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