lunes, 15 de abril de 2013

Los cuestionamientos que salieron a flote cuando el Titanic se hundió

“¡Mujeres y niños primero!”, fue la orden que William Murdoch, primer oficial del transatlántico Titanic dio al momento de ocupar los 20 botes salvavidas en aquella gélida madrugada del 15 de abril de 1912, cuando lo inimaginable ocurrió: el barco al que ni Dios podía hundir poco a poco se sumergía en el océano con2 700 pasajeros a bordo.
 
En la película de James Cameron, protagonizada por Leonardo Di Caprio y Kate Winslet, se refieren al Titanic como el barco de los sueños. Era lujoso y enorme (pesaba 46 328 toneladas, tenía 270 metros de longitud y 53 metros de altura), era considerado el barco más seguro del mundo, diseñado con lo último de la tecnología de esa época.

En la cinta que ya se estrenó en formato 3D, Joseph Bruce Ismay, director de la línea de barcos de vapor White Star Line que construyó el Titanic, pide al capitán del barco Edward Smith que navegue lo más pronto posible. El deseo de Bruce era que el viaje inaugural del Titanic sea portada de todos los diarios y al final así ocurrió… El Titanic pasó en dos horas y media de ser el barco de los sueños al de las pesadillas. Luego de 101 años de esta tragedia existe aún el debate sobre las causas y los responsables del accidente.

A principios de marzo del año pasado la carta de una de las sobrevivientes salió a la luz pública en la que se culpa directamente al capitán Smith del hundimiento. Se trata de Emily Richards, una mujer británica que viajaba en la nave para reunirse con su marido, quien había emigrado a EE.UU.

Ella escribió la carta mientras se encontraba a bordo del Carpathia, el buque que recogió a los sobrevivientes del desastre. En la misiva, Richards contó que "el capitán estaba en el bar, bebiendo, y le había pedido a otros que se ocuparan de la navegación" y respecto al naufragio afirmó sin titubeos: "fue culpa del capitán".

La elocución de que el capitán debe hundirse junto a su barco en situaciones de emergencia es muy extrema, asegura Jaime Bucheli, superintendente Técnico Marítimo de la agencia de turismo naviero Klein Gala Tours, especializada en viajes a las Islas Galápagos.

“La Organización Marítima Internacional regula la actividad marítima y como primer punto de las normas es preservar la vida humana. Por esta razón el capitán tiene la obligación y responsabilidad de cuidar de la tripulación y la vida de los pasajeros.

Cuando ellos están a salvo es turno del capitán. Sin embargo, recordemos que el capitán es un ser humano que tiene familia y puede equivocarse en las decisiones que toma. Hace 100 años la navegación era limitada”, opina. En esa época la tripulación no tenía conocimiento de los procedimientos de una evacuación por lo cual se originó el caos y cundió el pánico en el Titanic. Bucheli asegura que en la actualidad las tripulaciones están bien entrenadas.

Cita como ejemplo a la de Kelin Tour, que participa con frecuencia en zafarranchos, que son actividades de preparación para que los tripulantes puedan enfrentar situaciones de riesgo.

Entre los sueños y el designio ¿Coincidencia o destino? Es lo que muchos se preguntarán al saber que 14 años antes del hundimiento del Titanic se publicó una novela corta que cuenta la historia de un ex marino que trabajaba en un trasatlántico llamando Titán, que se hundió también en una fría noche de abril y que tenía las misma proporciones del Titanic.

Este libro se llama El Naufragio Del Titán o Vanidad y fue escrito por Morgan Robertson en 1898. Hay varias similitudes entre el Titanic y el Titan, desde los nombres, la cantidad de pasajeros, el apellido del capitán (en novela y realidad, ambos se llamaron Smith) hasta el lugar del hundimiento, la ruta… La similitud de los datos fue en un 90 por ciento.

El 10% de diferencia está en el número de pasajeros que se salvaron. En el Titanic 705 personas sobrevivieron y en el Titan 13.

El argumento del libro se originó en un sueño que tubo un día Robertson. Pero no fue ese el único presagio de ese desastre marítimo. Varias personas declararon, luego del naufragio, que soñaron con gatos negros; un pasajero aseguró que una adivinadora le aconsejó no embarcarse; otra simplemente tuvo una corazonada y alertó a un familiar sobre el desastre.

El terapeuta transpersonal con conocimientos en parapsicología, Jacques Delpi, asegura que sí es posible que varias personas estén conectadas con un hecho en particular. “Los presentimientos están en el área de la paranormalidad subjetiva, es decir todo lo referente a la intuición, y en algunos casos existe la precognición colectiva. Sienten o ven acontecimientos que pueden llegar a suceder entre varias personas o al mundo, como catástrofes, maremotos, etc”, dice el terapeuta quiteño.

Delpi asegura que además las personas podemos tener precognición de hechos que no los generamos con nuestros pensamientos. “Algunos pasajeros tenían el presentimiento de que el barco se hundiría y no querían viajar, pero el resto de personas les decían que estaban locos porque era el barco más seguro y efectivamente se subieron al Titanic y no hicieron caso a su precognición y lo demás ya se sabe”, se lamenta. La transición de la navegación y la desaparición de una llave Ampliar Galería 1 de 12 El Titanic en fotos hace 101 años Imágenes que reposan en la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, relacionadas con el Titanic, su construcción, sus pasajeros, su rescate.

El Titanic en fotos hace 101 años

 El Titanic en fotos hace un siglo 1 de 12 Louise Patten, la nieta de Charles Lightoller -único oficial del Titanic que sobrevivió al desastre- y ex esposa de un ministro de Educación del Reino Unido, escribió el libro “God as gold” en el que recoge revelaciones que hizo su abuelo en el entorno familiar sobre las verdaderas causas del hundimiento del barco.

La más sorprendente es la que afirma que el timonero, Robert Hitchins, sintió pánico al conocer de la presencia del iceberg y giró el Titanic equivocadamente. Este error humano tendía una explicación, El Titanic se construyó en una etapa de transición naviera entre los barcos de vela y los de vapor.

Los primeros se timoneaban con las órdenes Tiller (timón), lo que significa que si se quería dirigir el barco hacia la derecha el timón debía moverse a la izquierda. El sistema a vapor, a su vez, tenía la lógica contraria, es decir que si se quería ir a la derecha se debía girar a esa misma dirección y viceversa. Hitch se confundió y tenía poco tiempo para rectificar su error.

 El Titanic rozó con el pedazo de hielo. El libro narra además que el abuelo de Patten reemplazó a David Blair en la tripulación antes de zarpar desde Southampton y olvidó entregar la llave del armario donde se guardaba los binoculares, lo que dificultó que se detectara el iceberg con anticipación. Un eslabón más de la cadena de errores que se llevó al fondo del agua la vida de 1 500 personas. Esta suma de errores se conoce en Finanzas y Economía como el “efecto Titanic”, la idea de que el desastre es imposible frecuentemente conduce a un impensable desastre. Con este aforismo coincide Ana Serrano.

La joven ha visto 5 veces la película Titanic y se considera admiradora de la historia. Ella asegura que no hay que buscar un culpable de la tragedia. “Fueron varios hechos que al final tuvieron un final trágico, Pasó lo que tenía que pasar,” dice al ingreso de una de las salas de cine del sur de Quito. Esta será la sexta vez que verá el filme, pero ahora usando gafas de tercera dimensión. ¿Llorará esta vez, como asegura que lo ha hecho, cuando Rose despierta y descubre que su amado Jack ha muerto? Otras teorías sobre el hundimiento Conspiración.

Esta versión asegura que el Titanic no se hundió por el impacto de la nave con un iceberg, sino a una explosión planificada por jesuitas, como afirma esta web http://vimeo.com/39458908, para eliminar a los hombres más ricos y poderosos que se oponían a la creación de la Reserva Federal de los EE.UU., y luego financiar la Primera Guerra Mundial. Fenómeno astronómico. Un estudio reciente de los astrónomos de la Universidad Estatal de Texas, Donald Olson y Russell Doescher, sostiene que cuatro meses antes del accidente ocurrió un evento único.

La luna y el sol se alinearon de forma que sus fuerzas gravitacionales se acentuaron, produciendo mareas más alta de lo normal, lo que se conoce como una “marea de primavera”, que liberó el iceberg que impactó con la embarcación. La maldición de una momia. Se rumora que uno de los pasajeros dedicado al negocio de las antigüedades egipcias llevaba de contrabando la momia de un rey en un sarcófago.

Según la leyenda, el pasajero pudo salvarse y llegar a Nueva York. Asustado por las versiones de la maldición de la momia trató de regresarla a Egipto, pero los intentos fueron en vano ya que los barcos que transportaban la reliquia se hundieron. Mala calidad del material de construcción.

En 1985, el investigador Robert Ballard descubrió los restos sumergidos del Titanic. Los estudios que se realizaron arrojaron que el barco se construyó a base de acero con demasiada contaminación de azufre que con el frío se condensó y perdió fuerza dejándolo débil y propenso a romperse fácilmente.
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“¡Mujeres y niños primero!”, fue la orden que William Murdoch, primer oficial del transatlántico Titanic dio al momento de ocupar los 20 botes salvavidas en aquella gélida madrugada del 15 de abril de 1912, cuando lo inimaginable ocurrió: el barco al que ni Dios podía hundir poco a poco se sumergía en el océano con2 700 pasajeros a bordo.
 
En la película de James Cameron, protagonizada por Leonardo Di Caprio y Kate Winslet, se refieren al Titanic como el barco de los sueños. Era lujoso y enorme (pesaba 46 328 toneladas, tenía 270 metros de longitud y 53 metros de altura), era considerado el barco más seguro del mundo, diseñado con lo último de la tecnología de esa época.

En la cinta que ya se estrenó en formato 3D, Joseph Bruce Ismay, director de la línea de barcos de vapor White Star Line que construyó el Titanic, pide al capitán del barco Edward Smith que navegue lo más pronto posible. El deseo de Bruce era que el viaje inaugural del Titanic sea portada de todos los diarios y al final así ocurrió… El Titanic pasó en dos horas y media de ser el barco de los sueños al de las pesadillas. Luego de 101 años de esta tragedia existe aún el debate sobre las causas y los responsables del accidente.

A principios de marzo del año pasado la carta de una de las sobrevivientes salió a la luz pública en la que se culpa directamente al capitán Smith del hundimiento. Se trata de Emily Richards, una mujer británica que viajaba en la nave para reunirse con su marido, quien había emigrado a EE.UU.

Ella escribió la carta mientras se encontraba a bordo del Carpathia, el buque que recogió a los sobrevivientes del desastre. En la misiva, Richards contó que "el capitán estaba en el bar, bebiendo, y le había pedido a otros que se ocuparan de la navegación" y respecto al naufragio afirmó sin titubeos: "fue culpa del capitán".

La elocución de que el capitán debe hundirse junto a su barco en situaciones de emergencia es muy extrema, asegura Jaime Bucheli, superintendente Técnico Marítimo de la agencia de turismo naviero Klein Gala Tours, especializada en viajes a las Islas Galápagos.

“La Organización Marítima Internacional regula la actividad marítima y como primer punto de las normas es preservar la vida humana. Por esta razón el capitán tiene la obligación y responsabilidad de cuidar de la tripulación y la vida de los pasajeros.

Cuando ellos están a salvo es turno del capitán. Sin embargo, recordemos que el capitán es un ser humano que tiene familia y puede equivocarse en las decisiones que toma. Hace 100 años la navegación era limitada”, opina. En esa época la tripulación no tenía conocimiento de los procedimientos de una evacuación por lo cual se originó el caos y cundió el pánico en el Titanic. Bucheli asegura que en la actualidad las tripulaciones están bien entrenadas.

Cita como ejemplo a la de Kelin Tour, que participa con frecuencia en zafarranchos, que son actividades de preparación para que los tripulantes puedan enfrentar situaciones de riesgo.

Entre los sueños y el designio ¿Coincidencia o destino? Es lo que muchos se preguntarán al saber que 14 años antes del hundimiento del Titanic se publicó una novela corta que cuenta la historia de un ex marino que trabajaba en un trasatlántico llamando Titán, que se hundió también en una fría noche de abril y que tenía las misma proporciones del Titanic.

Este libro se llama El Naufragio Del Titán o Vanidad y fue escrito por Morgan Robertson en 1898. Hay varias similitudes entre el Titanic y el Titan, desde los nombres, la cantidad de pasajeros, el apellido del capitán (en novela y realidad, ambos se llamaron Smith) hasta el lugar del hundimiento, la ruta… La similitud de los datos fue en un 90 por ciento.

El 10% de diferencia está en el número de pasajeros que se salvaron. En el Titanic 705 personas sobrevivieron y en el Titan 13.

El argumento del libro se originó en un sueño que tubo un día Robertson. Pero no fue ese el único presagio de ese desastre marítimo. Varias personas declararon, luego del naufragio, que soñaron con gatos negros; un pasajero aseguró que una adivinadora le aconsejó no embarcarse; otra simplemente tuvo una corazonada y alertó a un familiar sobre el desastre.

El terapeuta transpersonal con conocimientos en parapsicología, Jacques Delpi, asegura que sí es posible que varias personas estén conectadas con un hecho en particular. “Los presentimientos están en el área de la paranormalidad subjetiva, es decir todo lo referente a la intuición, y en algunos casos existe la precognición colectiva. Sienten o ven acontecimientos que pueden llegar a suceder entre varias personas o al mundo, como catástrofes, maremotos, etc”, dice el terapeuta quiteño.

Delpi asegura que además las personas podemos tener precognición de hechos que no los generamos con nuestros pensamientos. “Algunos pasajeros tenían el presentimiento de que el barco se hundiría y no querían viajar, pero el resto de personas les decían que estaban locos porque era el barco más seguro y efectivamente se subieron al Titanic y no hicieron caso a su precognición y lo demás ya se sabe”, se lamenta. La transición de la navegación y la desaparición de una llave Ampliar Galería 1 de 12 El Titanic en fotos hace 101 años Imágenes que reposan en la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, relacionadas con el Titanic, su construcción, sus pasajeros, su rescate.

El Titanic en fotos hace 101 años

 El Titanic en fotos hace un siglo 1 de 12 Louise Patten, la nieta de Charles Lightoller -único oficial del Titanic que sobrevivió al desastre- y ex esposa de un ministro de Educación del Reino Unido, escribió el libro “God as gold” en el que recoge revelaciones que hizo su abuelo en el entorno familiar sobre las verdaderas causas del hundimiento del barco.

La más sorprendente es la que afirma que el timonero, Robert Hitchins, sintió pánico al conocer de la presencia del iceberg y giró el Titanic equivocadamente. Este error humano tendía una explicación, El Titanic se construyó en una etapa de transición naviera entre los barcos de vela y los de vapor.

Los primeros se timoneaban con las órdenes Tiller (timón), lo que significa que si se quería dirigir el barco hacia la derecha el timón debía moverse a la izquierda. El sistema a vapor, a su vez, tenía la lógica contraria, es decir que si se quería ir a la derecha se debía girar a esa misma dirección y viceversa. Hitch se confundió y tenía poco tiempo para rectificar su error.

 El Titanic rozó con el pedazo de hielo. El libro narra además que el abuelo de Patten reemplazó a David Blair en la tripulación antes de zarpar desde Southampton y olvidó entregar la llave del armario donde se guardaba los binoculares, lo que dificultó que se detectara el iceberg con anticipación. Un eslabón más de la cadena de errores que se llevó al fondo del agua la vida de 1 500 personas. Esta suma de errores se conoce en Finanzas y Economía como el “efecto Titanic”, la idea de que el desastre es imposible frecuentemente conduce a un impensable desastre. Con este aforismo coincide Ana Serrano.

La joven ha visto 5 veces la película Titanic y se considera admiradora de la historia. Ella asegura que no hay que buscar un culpable de la tragedia. “Fueron varios hechos que al final tuvieron un final trágico, Pasó lo que tenía que pasar,” dice al ingreso de una de las salas de cine del sur de Quito. Esta será la sexta vez que verá el filme, pero ahora usando gafas de tercera dimensión. ¿Llorará esta vez, como asegura que lo ha hecho, cuando Rose despierta y descubre que su amado Jack ha muerto? Otras teorías sobre el hundimiento Conspiración.

Esta versión asegura que el Titanic no se hundió por el impacto de la nave con un iceberg, sino a una explosión planificada por jesuitas, como afirma esta web http://vimeo.com/39458908, para eliminar a los hombres más ricos y poderosos que se oponían a la creación de la Reserva Federal de los EE.UU., y luego financiar la Primera Guerra Mundial. Fenómeno astronómico. Un estudio reciente de los astrónomos de la Universidad Estatal de Texas, Donald Olson y Russell Doescher, sostiene que cuatro meses antes del accidente ocurrió un evento único.

La luna y el sol se alinearon de forma que sus fuerzas gravitacionales se acentuaron, produciendo mareas más alta de lo normal, lo que se conoce como una “marea de primavera”, que liberó el iceberg que impactó con la embarcación. La maldición de una momia. Se rumora que uno de los pasajeros dedicado al negocio de las antigüedades egipcias llevaba de contrabando la momia de un rey en un sarcófago.

Según la leyenda, el pasajero pudo salvarse y llegar a Nueva York. Asustado por las versiones de la maldición de la momia trató de regresarla a Egipto, pero los intentos fueron en vano ya que los barcos que transportaban la reliquia se hundieron. Mala calidad del material de construcción.

En 1985, el investigador Robert Ballard descubrió los restos sumergidos del Titanic. Los estudios que se realizaron arrojaron que el barco se construyó a base de acero con demasiada contaminación de azufre que con el frío se condensó y perdió fuerza dejándolo débil y propenso a romperse fácilmente.

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